Llagar La Morena – Alto de Viella S/N – Siero Telf: 985 26 39 44
Las afueras de las grandes ciudades y poblaciones cercanas siempre funcionan de maravilla como satélites, pero esto no quiere decir que no brillen con luz propia. No es extraño que puedan eclipsar opciones similares dentro de las urbes, porque los precios suelen ser más competitivos.
Hubo una época muy extensa en mi vida de folixero (fiestero), donde lo raro era quedarse en Oviedo a cenar. Bien es cierto que en aquellos años la Guardia Civil era la autoridad, se la respetaba pero no se le tenía el pavor de hoy en día, ahora se ha convertido en el Hombre del Saco y el Cobrador de Frac todo junto.
La cabra tira al monte y por mucho que nos atemorice la DGT, no dejaré de frecuentar lugares como La Morena para tomarme unas botellas de sidra, con moderación. Disponen de dos variedades, la natural tradicional Llagar la Morena y la D.O.P Prado y Pedregal.
Una de las cosas que me gusta de La Morena, funcionando desde mediados del siglo XIX, es que no ha sucumbido a la moda de convertirse en Parque de Atracciones. Entiendo que estas opciones de castillos hinchables, piscinas de bolas, camas elásticas…etc son muy socorridas por aquellos padres con ganas de respirar un poco de tranquilidad, pero para mi resultan una pérdida de identidad y en un llagar como el que nos ocupa, lo que me gusta es ver jugar a los niños tirándose corchos, como yo hice de pequeño.
Existen unas cuantas formas de llegar a este Llagar en Viella, pensareis al menos un par de veces que os habéis perdido, pero la referencia del depósito de agua en altura os hará de brújula.
Dispone de un parking bastante amplio que en caso de estar completo ya nos indica que sin reserva será complicado quedarse a comer sin esperar. Una zona exterior con unas cuantas mesas es la mejor opción si el tiempo lo permite.
Una vez que atravesamos el portalón de madera de esta edificación empedrada tenemos acceso a la zona con más encanto, techos altos, barricas, una prensa e instrumentos para la elaboración de la sidra, junto con una barra de bar muy auténtica hacen de esta parte mi lugar favorito.
El gran comedor de la zona trasera mantiene una estética muy asturiana pero que no consigue igualarse al de la entrada. La sidra se escancia a ritmo frenético y en ningún momento nos sentimos desatendidos, una imagen que contrasta con la modernidad de esas libretas digitales donde apuntan las comandas.
Y ¿que se come aquí?, pues la verdad que hay de todo y su alta rotación mantiene unos buenos estándares de calidad. Como veréis todo sabe tan bien como la pinta que tiene.

Zamburiñas

Navajas

Parrochas con jamón

Tortilla de patatas

Chorizos a la sidra

Huevos con patatas

Tortos con jamón y foie

Pollo al ajillo

Ensalada de tomate y cebolla

Alcachofas al ajillo con jamón

Espárragos frescos en 2 salsas

Fabada

Pote asturiano

Carne a la piedra

Entrecot a la parrilla

Presa ibérica con manzana

Tiramisu

Tarta de frixuelos
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