Últimamente tengo la suerte de contar con unos grandes proveedores de productos de la huerta caseros y de vez en cuando me caen mega calabacines, super tomates, o soberbios pimientos.
Para esta receta que ha surgido de la manera más inesperada, he ido improvisando con lo que tenía a mano y el resultado me ha recordado mucho a los sabores de Thailandia.
La base fue un calabacín de regimiento, de los que con este tamaño no se pueden aprovechar muy bien puesto que su interior tiene unas pepitas muy crecidas y la parte esponjosa es mejor retirarla.
El pochado lo hice un día por la noche y con la almohada fui negociando su compañía. Pasta, arroz, al final opte por la simplicidad de un salmón ensesamado (no existe la palabra pero es mas correcto que empanado, ¿no?).
Esta vez como fue un aquí te pillo aquí te mato, no tengo el foto montaje habitual con los ingredientes.
Ingredientes:
1 Calabacin, 3 dientes de ajo, 2 cebollas moradas, 15grs de sésamo triturado, 1 buen manojo de cilantro, 1 thai chili, 2 limas, 200ml de leche de coco, 150grs de salmón fresco, sésamo, sal y aceite de oliva virgen extra.
Pelamos el ajo y cebolla que cortaremos en brunoise, laminamos el chili, pochamos en una cucharada de AOVE. Cortamos el calabacín en dados manteniendo la piel (opcional), añadimos el sésamo tostado y triturado, dejamos que poche. Picamos el cilantro y añadimos a la mezcla.
Exprimimos una lima sobre el pochado y removemos para que tome los sabores, añadimos la leche de coco y dejamos reducir hasta obtener una textura un pelin melosa.
Cortamos el salmón fresco en dados, salamos y rebozamos en abundante sésamo. En una sartén con un par de gotas de aceite marcamos el pescado tipo tataki, crudito por dentro.
Para emplatar, colocamos el pochado en la base de un plato y coronamos con el salmón.
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