Aunque esta debería haber sido la primera receta del año, por aquello de las fechas, me he retrasado unos días y os la presento con las fiestas navideñas finiquitadas, pero con la intención de que la practiquéis a lo largo del año.
El motivo del retraso ha sido porque mi amiga Beatriz, residente en Japón, me lanzaba un reto sin margen de maniobra. Basta que en el Facebook me anunciase que le gustaría ver un roscón al estilo Fuego de Mortero, para que mi cabeza comenzase a dar vueltas.
Y qué puedo hacer yo para ofrecer algo diferente, me pregunté. Pensando en opciones diferentes de relleno, apareció la piña y el coco, dos frutas que en Navidad tienen un alto consumo. Tan solo me quedaba incorporar el ron para hacer una deconstrucción del famoso cocktail caribeño, Piña Colada.
Ya sabéis que la repostería y yo solemos estar peleados, tuve grandes dudas de lo que podía salir de este pequeño Frankestein variando ingredientes y cantidades, pero al final no dejaba de ser una mezcla sabrosa que al menos en cuanto a sabor, no debería defraudar.
En mente tenía el clásico roscón de una masa tipo brioche, algo esponjoso y voluminoso. No ha sido así, imagino que por las mezclas o puede que me quedase corto con la levadura, pero como dice Iban Yarza no se debe abusar de la levadura y me pareció que con 12,5grs sería suficiente.
Al ser una receta híbrida no se si es un auténtico desastre o realmente debe quedar así, pero algo que si tengo claro, es que el objetivo diferencial se consiguió, hice un roscón diferente y además estaba bueno.
Más auténtico de este blog no podía ser, incluso la sorpresa insertada fue un pequeño mortero.
Ingredientes:
350grs de harina de fuerza (yo usé una de repostería que no se si tiene la fuerza suficiente), 1 piña natural, 100ml de leche de coco, 4 cdas de ron añejo a la vainilla, 10cl de ron añejo, 70grs de mantequilla, 3 huevos, 1 pizca de sal, 2 cdas de aroma de azahar, 200grs de azúcar moreno, nata para montar 35% M.G., coco rallado, 1 vaina de vainilla y 12,5grs de levadura fresca.
Lo primero que hice fue infusionar la leche de coco con las cucharadas de ron a la vainilla, una mezcla que ya tenía preparada de otras recetas, en la que conservamos ron con la vainilla partida la mitad que previamente hemos reducido un poco con una cucharada de azúcar. Tras un par de minutos de hervor, añadimos la esencia de azahar, retiramos del fuego y dejamos atemperar hasta que quede tibia.
En un bowl mezclaremos los elementos sólidos, la harina que no ha de tamizarse y 125grs de azúcar moreno junto con la pizca de sal. Incorporamos un par de huevos y la mitad de un cubo de levadura fresca, mezclamos con la mano y cuando esté todo integrado iremos añadiendo poco a poco la leche de coco infusionada, según nos pida la masa, y cuando aún esté algo pegajosa, pasamos a la encimera y amasamos tras un par de minutos de reposo dejando que la levadura actúe.
Tras cinco minutos de amasado suave añadimos la mantequilla y seguiremos amasando por unos diez minutos hasta que la masa nos quede lisa y brillante. Tened paciencia pues al añadir la mantequilla habrá momentos en los que parece que la masa se desintegra. Trasladamos a un bowl y tapamos con un paño limpio, dejamos a temperatura ambiente durante un par de horas.
Trascurridas las dos horas, la masa habrá crecido, la trabajamos un minuto de manera suave para sacarle el aire de la fermentación, dejamos reposar otros quince minutos tapada.
Durante todos estos tiempo de espera aprovechamos para hacer el relleno y la decoración. La masa no requirió de la totalidad del coco infusionado, lo aprovechamos en una cacerola y añadimos 25grs de azúcar y un buen chorro del ron avainillado, llevamos a ebullición e incorporamos la piña cortada en dados. Dejamos que ablande y chupe los líquidos, trituramos, pasamos por un colador de malla fina para eliminar fibras y obtenemos un pure suave con el que rellenar el roscón.
De la piña habremos reservado un trozo pequeño del lateral, cortamos en cubos y en un cazo con 50grs de azúcar y ron añejo elaboramos un caramelo donde introducimos los dados que tras unos minutos sacaremos bañados en caramelo y dejaremos que enfríen para nuestra decoración final.
Con la masa ya lista le hacemos un agujero con el dedo, la suspendemos en el aire e iremos haciendo una rueda para formar el roscón. Lo colocamos sobre un papel aceitado, insertamos la sorpresa y el haba por la parte inferior, pincelamos muy bien con huevo batido y colocamos nuestra piña caramelizada, espolvoreamos coco rallado e introducimos en el horno precalentado a 180º durante 20 minutos en función ventilador.
Estaremos atentos para que no se ponga muy oscuro el huevo y si esto sucediese antes cubrimos con papel de aluminio hasta que termine la cocción. Cuando ya esté listo, colocamos sobre una rejilla para que se enfríe. Partimos con cuidado por la mitad y rellenamos con el puré de piña, colocamos la tapa.
Hacemos una nata montada con la nata y azúcar blanquilla, metemos en una manga decoramos al gusto. Rematamos con un poco más de coco rallado y a disfrutarlo cruzando los dedos para que no toque el haba y tengamos que hacer otro para el año próximo.
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