Pimientos Asados



Por simple que pueda parecer, elaborar una receta como estos pimientos asados tiene una serie de truquillos e ideas que seguro agradeceréis en vuestra próxima elaboración.

Los pimientos, tanto rojos como verdes, en sus diferentes variedades son uno de los alimentos indispensables en la dieta mediterránea y base de muchos de nuestros guisos tradicionales, aunque son originarios de Sudamérica y no se supo de ellos hasta la Conquista de América.

A pesar de ese magnífico olor que desprenden cuando están recién cortados, no se trata de una hortaliza que se suela comer en crudo que es realmente cuando podríamos beneficiarnos de todos sus valores nutricionales. En su mayoría se componen de agua, seguido de los hidratos de carbono, por ello resultan muy bajos en calorías.

Concretamente, los rojos, son muy ricos en vitamina C, llegando a tener el doble que una naranja. También contienen elevados niveles de vitamina A por lo que se convierte en un excelente antioxidante del que podremos comer en abundancia sin preocuparnos por la dieta.

Una ensalada de pimientos rojos asados es una maravilla que sirve de acompañamiento perfecto para elaboraciones con carne por poner sólo un ejemplo, pero por si sola ya es un plato divino.

Uno de mis trucos a la hora de asar lo pimientos, es incluir unas cabezas de ajo. El ajo asado pierde esa potencia del ajo en crudo o frito y mezclarlo en vuestra ensalada le dará un toque delicioso.

Para la elaboración, una vez limpios por fuera, los masajeamos uniformemente con aceite de oliva y un poco de sal, los colocamos en la bandeja del horno e incluimos las cabezas de ajo que habremos cortado en su parte superior y rociado con aceite.

Con el horno a unos 180º más o menos en una hora estarán listos. Habremos de girarlos de vez en cuando y según se hacen veréis como sueltan ese agua que los compone en un 92% y que os dejará una salsita con sus jugos que aprovecharemos.

Una vez que los pimientos estén listos, los tapamos para que suden y se enfríen, esto nos facilitará la labor a la hora de quitarles la piel. Despepitamos y pasamos las tiras a un recipiente para después cortarlos e integrar los ajos asados. Los jugos los colamos y vertemos en el recipiente.

Ya están listos para ser consumidos en caliente o frío, pero si los queréis en ensalada sólo deberéis añadir un poco más de AOVE, un poco de vinagre y rectificar de sal.

Otra idea puede ser añadirlos a una salsa bolognesa y combinarla con vuestra pasta favorita. El toque del ajo asado con los pimientos, le dio un carácter especial a estos macarrones.

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