Hace no muchos días os mostraba como hacer yema tostada, una crema que incluía dentro del fondo de armario y que probablemente os sorprendería al ser utilizada con el bacalao con turrón y mandarina. Hoy os presento una receta más natural para esta elaboración, obviamente se trata de un postre, que creo os sorprenderá.
Veo poca televisión, pero en estos días navideños tan caseros reconozco que me he excedido, aunque sigo fiel a programas de cocina que me puedan aportar algún aprendizaje o idea. El mando echaba chispas con tanto zapping, recorriendo una parrilla llena de basura y de repente, en la 2, aparece Jamie Oliver, un cocinero que a mi madre y a mi nos hace mucha gracia por lo «guarrete» que es manipulando la comida, parece que lo tira todo y que no está delante de una cámara.
Se trataba de un especial de comida navideña muy british, vamos que el mega pavo con su stuffing, gravy y unas guarniciones vegetales no podía fallar, incluso hizo un par de propuestas de cocktails con vodka que seguro animaron la grabación del programa. Para el postre hizo un pudding de panettone con chocolate y mermelada de naranja que me resultó muy inspirador, tanto que en un par de horas estaba comprando mis panettones.
En la nevera tenía casi toda la yema tostada pues apenas había utilizado unas capas para el bacalao y los sobaos, comérmela a cucharadas no era la opción conveniente y viendo que muchos de los ingredientes de ese pudding estaban concentrados en mi crema, por qué no darle salida con una tarta que podría ser la estrella del menú navideño.
En su receta, hace una mezcla de huevos batidos con azúcar a los que incorpora leche y nata a partes iguales infusionada con vainilla, un parecido razonable con la yema tostada, que tras un pequeño tunning diluyéndola con leche entera y leche de coco obtendría el líquido ideal para remojar el panetonne.
Los españoles, como si no tuviésemos una riqueza gastronómica suficiente, nos da por importar estúpidas tradiciones foráneas. ¿Como es esto del panettone?, hace una década nadie sabía de este esponjoso bizcocho italiano capaz de secar el Canal de Isabel II con un solo trozo y ahora hasta los encontramos durante las navidades en las gasolineras.
Ya os digo que no es santo de mi devoción, lo siento por los panettonistas, si la gracia es que esté muy aireado para que absorba bien los líquidos donde mojarlo, al final sabrá más al colacao o café de turno. Donde esté un buen bizcocho, jugoso, ni muy liviano ni muy denso, que se quiten estos inventos importados.
Pues eso, que ahora, quien más o quien menos tiene un panettone metido a calzador en sus casas, si no ha venido en una de esas cestas de empresa, alguna visita nos aparece con la caja gigante asida por la cuerdita cuando mejor traía una buena botella de vino. Incluso he llegado a ver versiones mini, como si de bolas de navidad se tratara, para ser colgados en los árboles, basta!!!!.
Hala, ya me he desahogado con el pobre panettone, si, ese que no habéis comido y que ya está más seco que la mojama de atún y menos fresco que los productos de las cocinas que vista Chicote. ¿Sabéis qué?, ahora es cuando si que lo vamos a disfrutar, nos sacaremos de la manga una tarta para chuparse los dedos, que también podríamos hacer con pan seco, brioche, pan de coleta, medias noches, croissants…etc.
Aunque yo los compré con toda la intención, este es un postre que podríamos llamar de aprovechamiento, de hecho la yema tostada y medio bote de leche de coco fueron reciclaje total. Otra de las cosas que me gusta de esta tarta, es que no requiere muchos miramientos ni excesivo mimo, cuanto más bastos seamos, más se disfruta e incluso resulta muy divertida si os acompañáis de los más peques.
Se puede consumir a cualquier temperatura, ya sea caliente, del tiempo o fría, aunque la primera opción acompañada de una bola de helado aprovechando que el chocolate esta fundente, resulta la más atractiva. El toque final de cubrirla con la yema tostada es totalmente prescindible pero puestos a consumir calorías, que importan unos cientos de más.
Como os dije, Jamie le pone mermelada de naranja, muy acertada con el chocolate, aunque esta mermelada casera que hice con los arándanos ecológicos La Peña de mi amigo Toño, nada tienen que envidiar.
Ya puestos a perder tradiciones y viendo la cantidad de variedades de roscones de Reyes que hay, podéis usar un molde redondo con agujero y meter el haba y el regalo y hacer un Rosconni Panettoni.
Ingredientes:
Para la yema tostada: 8 yemas de huevo, 60ml de agua, 180ml de leche entera, 375grs de azúcar, 20grs de Maizena, 30grs de mantequila, 1 cdta de vainilla líquida o en polvo, zumo de 1/2 lima y azúcar moreno.
Para la tarta: 2 panettone, 200ml de leche de coco, 500ml de leche entera, chocolate 70%, arándanos, azúcar blanquilla, azúcar morena y mantequilla.
Lo primero que haremos es nuestra crema de yema, que para no repetirme podéis utilizar el siguiente AQUÍ.
Ahora nos ponemos con la mermelada de arándanos. En una cacerola pondremos unos 300grs de arándanos con unos 50grs de azúcar, a fuego medio-fuerte dejamos que poco a poco se haga, suelten su agua, se mezclan con el azúcar, cuando reblandezcan aplastamos con una cuchara. Enfriamos a temperatura ambiente.
El siguiente paso es preparar nuestro molde desmontable untándolo de mantequilla, trituramos azúcar moreno con un mortero y espolvoreamos bien por el molde para que se adhiera a todas las paredes. Toca mezclar las leches con la crema de yema, removemos muy bien con la varilla y pasamos a cortar el panettone en lonchas de un dedo de grosor.
Partiendo de una rodaja en el centro del molde, las otras las doblamos para que suban por la pared del molde y si nos queda algún hueco lo rellenamos sin más cortando un trozo, vertemos una parte del líquido para que de vaya empapando pero sin que quede muy encharcado, ayudaremos con los dedos a que penetre. Ahora distribuimos unos trozos no muy grandes de chocolate que alternaremos con unas cucharaditas de mermelada de arándanos. Repetimos el proceso con otra capa hasta alcanzar el grueso del molde.
En un horno precalentado a 180º horneamos durante media hora, sacamos y dejamos enfriar un rato sobre una rejilla para a continuación desamoldar. Vertemos sobre el centro una parte de la crema de yema, esparcimos con una espátula y espolvoreamos azúcar morena, con un soplete quemamos el azúcar y ya tendremos lista nuestra tarta de panettone con yema tostada.
Deja una respuesta