La receta que os muestro es puro reciclaje, aunque bien podría haber sido la idea original, sin embargo me tengo que remitir a los canelones de rabo de toro para alcanzar un cierto sentido.

En un intento de aprovechar de una manera original los sobrantes del guiso de rabo de toro y el puré de patatas, se me ocurrió darle este formato cupcake. Además de simpático, funciona muy bien con la base de pasta quebrada, que nos da la sensación de acompañar con una especie de pan.

Si hay algo que llama la atención de los cupcakes es su colorido, al final no dejan de ser unas simples magdalenas tuneadas. En este caso, me acababan de regalar una spirulina hawaiiana por San Juan, y su color verde-azul me ha venido de perlas para potenciar el puré de patata con este super alimento del que ya os contaré más cosas en próximas recetas. Si os interesa esta super alga, la podéis encontrar en La Alhacena de Campoamor.

Si habéis llegado a este artículo por casualidad, os remito al enlace de los canelones, donde explico profusamente todo el proceso para llegar a este delicioso relleno.

Para los que ya os tenéis aprendida la lección, el paso nuevo que vamos a dar es hacer nuestros recipientes de pasta quebrada. Como ingredientes nuevos vamos a necesitar 200grs de harina de trigo, 100grs de mantequilla atemperada, 1 huevo y una pizca de sal.

En un bowl amplio hacemos un pequeño volcán con la harina y en el cráter ponemos el huevo con la pizca de sal. Nos ayudamos primeramente con una cuchara para no mancharnos en exceso, mezclamos removiendo en círculos y poco a poco la harina se integrará con el huevo, hecho esto iremos añadiendo poco a poco nuestra mantequilla cortada en trozos a temperatura ambiente, una vez se absorba toda pasamos al amasado manual.

Esta pasta se trabajaba muy bien por su alto contenido en mantequilla y nos ha de quedar una bola de textura muy lisa que envolveremos en papel film y refrigeraremos durante media hora en la nevera.

Mientras, aprovecharemos para engrasar con un poco de mantequilla nuestros moldes y picar fino los trozos de rabo que mezclaremos con la salsa. Reservamos.

Transcurrido el tiempo, precalentamos el horno a 180º mientras trabajamos la masa. No hay que amasar, según sale de la nevera podemos estirarla con un rodillo y dejarla fina, pero sin pasarse, la base crujiente ha de tener cierta consistencia. Yo usé unos aros que superaban ampliamente el molde donde vamos a encajarla, cortamos e introducimos en el molde, le daremos forma y rematamos pinchando con un tenedor para que no crezca en el horneado.

Horneamos durante 15 minutos hasta que se doren, introducimos el relleno para que se caliente y horneamos otros 5 minutos. Preparamos el puré de patata mezclando con una cuchara de postre de spirulina, debe quedar bien integrado, sin grumos. Introducimos en la manga pastelera y decoramos.