Brownies, muffins, tartas de calabaza o zanahoria, son algunos de los postres que hemos heredado del mundo anglosajón, ¿por qué tienen tanto éxito?. Mi opinión personal se centra en la difusión e influencia de las numerosas series y películas, además de la ausencia de mesura, todo es tamaño XXL. Son unos artistas de lo excesivo, lo que para nosotros es una magdalena, ellos la hacen de tamaño oversize y la decoran con docenas de aditamentos nada saludables, pero muy vistosos.
Los que habéis podido viajar a estos países, habréis comprobado in situ lo que hablo. Pides un batido y te traen una garrafa de dos litros llena de nata y sirope chorreante; optas por un helado y te sirven una bandeja con más bolas que un partido de tenis, por supuesto con la nata, sirope, frutos secos, galletitas, barquillos..etc.
El postre de hoy, quizás es el que mejor guarda las formas. Crumble significa migas y la idea es que se vean y se noten, por ello parece que aquí si tienen cierto auto control y lo único que perturbará su presentación será una crema inglesa o un helado.
Si tuviese cierta consistencia podríamos asemejar la elaboración a la de una tarta tatin, en vez del hojaldre colocado en la parte superior, espolvoreamos nuestro crumble para convertirlo en una tarta invertida. La verdad que me da igual el orden de los factores, estos no alteran el producto, y este es una deliciosa elaboración que consumida en caliente es típica de los meses del otoño e invierno.
La elaboración típica de un crumble se hace con Harina (160grs), Azúcar (100grs) y Mantequilla (80grs), pero como veréis en mi versión, podremos hacerlo con unas galletas María. La verdad es que las he utilizado como receta de aprovechamiento, fue el sobrante de la base de mi tarta de manzana y castañas.
Ya sea como en mi mezcla de galleta y castaña o como en el crumble tradicional, uno de los puntos fundamentales a la hora de preparlo, es la temperatura de la mantequilla, ha de estar fría para que se nos formen las migas. Trataremos de manipular el menor tiempo posible con las manos, estas transfieren calor; de todas formas refrigeraremos el crumble hasta su uso final.
Se puede hacer con diferentes tipos de fruta, pero atendiendo a sus características deberemos regular las medidas de azúcar. No es lo mismo el dulzor de una manzana que el de unas frambuesas o unas ciruelas.
Ingredientes:
120grs de galleta María, 6 castañas (opcional), 80grs de mantequilla, 1 manzana reineta, 1cda de azúcar moreno, zumo de media lima, canela y jengibre en polvo, 1 chorrito de vino Marsala.
Empezaremos preparando el crumble para dar margen a refrigerarlo, si lo dejáis hecho el día anterior o unas horas antes, mucho mejor. Trituramos en un robot las galletas hasta obtener un polvo que mezclaremos a mano con la mantequilla fría, cuando esté todo bien unido se nos formarán las bolitas que han de quedar sueltas.
Para la sartén individual que preparé con una manzana grande fue suficiente pero si queréis más cantidad aumentaremos las medidas. Pelamos y descorazonamos la manzana, la cortamos en trozos no muy grandes, que no sobresalgan de la fuente que utilicemos. En un bowl pondremos la manzana y añadiremos el azúcar, jengibre, canela y vino junto con el zumo de lima, mezclamos para que esté bien repartido.
Pasamos la manzana aderezada a la sartén, presionamos un poco para no dejar huecos, le ponemos un par de láminas de mantequilla bien repartidas y cubriremos con el crumble de galleta. Se esparce con una cuchara, no debemos presionar y debe cubrir todas la superficie.
En un horno precalentado a 180º colocamos en la bandeja del centro y horneamos durante 40 minutos. Retiramos y servimos en caliente con una bola de helado de vainilla o una crema inglesa.
Muy interesante.Gracias…
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Gracias a ti por leerme 😊
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Graciassssss por compartir
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