Hoy os presento una receta de concurso, y no es que me esté tirando flores, realmente se trata de una elaboración que he cocinado para «The IKEA Asturias Best Chef», un concurso del que tuve constancia a última hora y para el que tuve un buen acelerón para llegar a tiempo de la inscripción. Me gustan los retos y bajo presión mi cabeza parece una coctelera agitando ideas.

El requisito principal era presentar una receta con alguno de los productos sostenibles de su tienda. Como ya me vais conociendo, suelo poner toda la carne en el asador pues ya que hacemos las cosas, debemos intentar hacerlas lo mejor posible. Con esta máxima, me acerqué al centro IKEA de Asturias y me pasé un buen rato examinando todos los productos esperando la inspiración.

Por convicción personal ante la opción de una receta salada o dulce, siempre me inclino por la primera, y como quiera que el salmón ahumado es uno de mis pescados favoritos, decidí que esta fuera una de las bases a partir de la que giraría la elaboración. Os recuerdo en el siguiente enlace de Salmón Curado y Ahumado como lo podemos preparar en nuestras casas de manera muy sencilla.

Al principio solo se me ocurrían combinaciones demasiado simples, hasta que di con la tecla del ajo blanco. Las sopas frías además de refrescarnos son una fuente envidiable de vitaminas y combinadas con otras elaboraciones hacen un plato muy completo. Además este ajo blanco me permitiría añadir más productos del supermercado como el gräddat y la senap grov.

El primero son unas láminas finas de pan que utilizo en sustitución de la clásica miga de pan. En cuando al segundo ingrediente, se trata de una mostaza de grano que obviamente no pertenece a la receta original del ajo blanco pero que tras este experimento os garantizo que es una buena aportación si la aplicamos de manera controlada.

He tenido la oportunidad de hacerme un viaje en solitario a Suecia, allí visité Estocolmo y Malmö. Joder que frío!, -15º en pleno final de diciembre no resulta muy agradable para patear como pollo sin cabeza hasta que descubres el glögg, un vino caliente que se hace con tinto, oporto, brandy, azúcar y diferentes especias. Además de esta bomba de relojería con la que entras rápidamente en calor, disfruté de sus restaurantes y como concepto general os puedo resumir que abusan del eneldo.

Precisamente hacer el ajo blanco con eneldo para darle un color verde fue una de las opciones barajadas pero que descarté por ser muy invasivo. En su lugar me pareció más apropiado contenerlo añadiendo unos puntos decorativos con un aceite de eneldo.

Sabiendo que el salmón y el eneldo son la pareja de baile perfecta junto a unos encurtidos, la idea final fue hacer estos rollitos rellenos con el queso crema saborizado a modo de sushi. Para montarlos necesitaba un soporte vegetal y las láminas de calabacín funcionan muy bien aunque os puedo hacer otras sugerencias como el pepino o incluso el melón, que junto a las uvas, suelen ser el complemento ideal para un ajo blanco.

Creo que la receta es bastante fácil y resultona tal y como podréis ver en la siguiente vídeo receta. Quizás las partes más complicadas sean obtener unas láminas de calabacín bien finas, pero con la ayuda de una mandolina no tendréis problema. El otro punto complejo es el enrollado aunque más bien lo describiría como delicado, un poco de paciencia y siguiendo mis instrucciones del vídeo, lo bordareis.

La experiencia en este concurso ha sido fabulosa, no podía estar mejor organizado por parte de Ikea y la verdad sea dicha, lo disfruté mucho independientemente de haber conseguido salir vencedor. Éramos cuatro finalistas y volví a coincidir con Encarnita Fernández, a la que sigo en su blog El Paraíso de los Golosos, y que se presentó con unos gofres de chocolate con mermelada de fresa. También con una receta dulce estuvo Cristina Nachón con una tarta de queso cremosa; y para rematar el trío de mujeres, con una receta salada de blinis de salmón ahumado, Ángela Álvarez.

El jurado estuvo compuesto por Carmen Ordiz de G de Gastronomía, Natalia de MasterChef 7 y Elena Sánchez. Ya os digo por delante que lo tuvieron difícil porque mis compañeras hicieron unas elaboraciones deliciosas. Por supuesto que estoy encantado con mi cheque regalo de 300€ en productos de Ikea, pero nadie salió con las manos vacías y el resto de finalistas se llevaron un pedazo de cesta con productos. El ambiente fue magnífico y me sentí muy cómodo.