Taberna A’laxeira – C/ Peralto, 53 – O Grove – Pontevedra

Estamos a viernes en este puente de agosto que apunta buenas maneras, no llevo ni 24 horas pero ya he recargado pilas, no se que tiene el sol que tanto bien me hace aunque sin duda la actitud de disfrute en modo ON es capaz de sacar lo mejor de nosotros mismos y hay veces que con muy poco nos conformamos, un baño, unas horas de sol y una salida nocturna hasta el amanecer.

Facebook o cualquier otra red social nos acerca a personas que ni hubiésemos imaginado que entrarían en nuestras vidas, es una forma de establecer contactos y enriquecernos, mantener el contacto con nuestros amigos de siempre que viven lejos, ha sustituido a las cartas, es instantáneo y hasta divertido si se maneja con cierto equilibrio. Pero no nos engañemos, aquí existe mucho postureo y engaño por no hablar de los que lo utilizan como esos que van al fútbol a desahogarse insultando al arbitro, es un cajón desastre donde muchos manifiestan sus frustraciones convirtiéndose en haters y hasta en acosadores.

Si la ocasión se plantea me gusta poner caras de verdad, nada de perfiles o avatares en los que todos intentamos poner nuestra mejor cara, nada como el contacto humano, una buena charla en vivo y en directo viendo los gestos, muecas, defectos, virtudes de nuestro interlocutor y es que donde este una sonrisa o un llanto de verdad que se quiten todos los emoticonos. Soy una persona muy abierta y nunca renuncio a la posibilidad de hacer nuevas amistades, hombres, mujeres, da igual, si hay conexión de gustos estas redes pueden resultar una buena criba.

Un comentario a un amigo hizo que conociese a Ana y no han transcurrido muchos meses hasta que nos hemos puesto cara, una visita por su tierra no podía pasar por alto la ocasión de encontrarnos y tuvo la deferencia de acercarse hasta O Grove. Tuvimos la misma sintonía en vivo que la transmitida por la fibra óptica y la noche resultó muy divertida a pesar de nuestros contratiempos con la elección de restaurante.

El día anterior con mis amigos no tuvimos ninguna dificultad para cenar por lo que ni pensé en reservar en ningún sitio. Tremendo error, antes de recalar en la Taberna A’laxeira nos dieron la vuelta en cuatro sitios y ya estábamos pensando hasta en comernos una pizza, algo bastante triste estando en O Grove pero que con nuestro sentido del humor hubiésemos tomado de buen agrado.

Nos buscaron acomodo en un comedor situado en la planta primera donde había dos mesas numerosas con niños, unos santos comparados con los familiares excedidos con el Albariño, menos mal que nos sacaban mucha ventaja y la tortura no duró mucho, no me gusta nada levantar la voz para mantener una conversación y quizás me he vuelto algo picajoso y la tranquilidad es una de las cosas que últimamente valoro mucho cuando salgo a cenar.

La escasa cena del día anterior me provocó cierta ansiedad y lejos de guardar apariencias estúpidas hice una de mis abundantes comandas, a saber:

Croquetas.

Pulpo «A Feira», esta vez con cachelos.

Pimientos del Padrón.

Almejas a la marinera.

Zamburiñas.

Chipirones.

En esta ocasión las cantidades fueron las deseadas y las esperadas, todo estaba rico aunque sin florituras pero hay que ser consciente de que nos encontramos en una taberna, ni trampa ni cartón, la relación calidad-cantidad-precio estuvo muy bien.

Finalizada la cena nos acercamos a ver el ambiente y tomar un par de copas en Sanxenxo, en realidad me las tome yo porque Ana es abstemia, un claro ejemplo de que no hace falta beber para ser divertido y además toda una garantía en los desplazamientos. Me dejó en el hotel y nos despedimos hasta otra ocasión, sin duda una experiencia positiva que espero repetir con ella y cuantos otros amigos internautas cuadren por el camino.