Casa Edelmiro – Lg Xugal, 7 (Las Regueras) Tlf: 985 799 011
El origen y concepto de este negocio familiar comenzó allá por 1890 como bar-tienda, un modelo repartido por toda la provincia con multitud de ejemplos. Una época donde esos pequeños bares servían de lugar de reunión y a la vez abastecían a los vecinos desde unas madreñas a una ristra de chorizos.
Habitualmente, aquellos que han perdurado tantos años suelen ser casonas familiares que han transmitido el negocio a las generaciones más jóvenes. Con el paso de los años, muchos de ellos acabaron convirtiéndose en merenderos y posteriormente con la bonanza del país, en restaurantes de comida tradicional.
La gente pasó de llevar sus tortillas, empanadas, filetes empanados a esos merenderos, donde sólo proporcionaban la bebida y si acaso unas patatas fritas, aceitunas y cacahuetes a tener capacidad económica para permitirse el lujo de comer fuera los fines de semana.
Conozco Casa Edelmiro desde toda la vida, mi familia solía alternarlo con Casa Concha en el Alto del Escamplero, cuando no buscaban grandes desplazamientos fuera de la ciudad. Comerse una bolsa de patatas Risi o Pumarin, beber un Kas de limón de aquella botella lechosa o una Mirinda, jugar con toboganes y columpios amarrados a los árboles, lanzar castañas o corchos de sidra, era todo lo que necesitábamos los niños para estar sanos y ser felices. Que triste y nostálgico me siento cuando veo a los niños zombie de hoy en día.
Casi 130, son muchos años para seguir en esto de la hostelería y sin duda indica que las cosas de han hecho bien, tanto en el traspaso generacional como en el de mantener unos estándares de calidad reconocidos por todo el mundo que hacen que cualquier fin de semana sea difícil encontrar mesa a pesar de sus amplísimas instalaciones.
A un paso de Oviedo podemos acceder desde Posada de Llanera o ir por El Escamplero, cualquiera de las rutas elegidas nos muestra lo privilegiados que somos por tener toda esta naturaleza al alcance de diez minutos en coche.
Un estupendo parking asfaltado, una gran zona de prado cuidado con columpios y porterías, espaciosa terraza y un par de comedores conforman unas instalaciones inmejorables.
Y que nos dan de comer en Casa Edelmiro, pues la verdad, tienen de todo en una variada carta de cocina tradicional aunque sin duda los top seller son los menús que incluso cuentan con una opción para veganos.
Salvo que tengamos algún capricho especial, los menús son tan variados y abundantes que en un 99% de los casos acabaremos eligiendo uno. Seis primeros, seis segundos y varios postres caseros a elegir, además de bebida, por 22€ el fin de semana no merece la pena cocinar cuando alguien te lo pone tan fácil.
En esta ocasión la elección de los 7 comensales dejó como descartes de primero: arroz blanco con chipirones en tinta y un salteado de alcachofas con crujiente de ibérico, ajetes y tiras de chipiron; de segundo las carrilleras de cerdo ibérico.
Vamos con los platos elegidos de primero: ensalada de canónigos y mozarella, fabada y pote asturiano, sopa de pescado y marisco.
De segundo: bacalao al estilo de la casa, fritos de merluza, solomillo de ibérico con crema de La Peral, cabrito guisado y cachopito de ternera del que no hice foto.
De postres: flan de huevo, tarta de frixuelos y tarta fría de turrón que me recordó mucho a una muy parecida que comía el Los Calderones.
Nada mal para celebrar el Día de los Difuntos, tras la fartura nos convertimos todos en muertos vivientes en busca de una siesta que pudiese ayudar a una pesada digestión.
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