Tengo muy claro que mi arduo trabajo en el blog no se ve reflejado en el éxito masivo en redes sociales, posicionamiento SEO, algoritmos y no se qué milongas más, pero por empeño y trabajo no va a ser, prueba de ello son los 1.200 artículos a lo largo de estos amplios siete años.

Ya habéis visto que desde el año pasado estoy potenciando el mensaje a través de las vídeo recetas, pero sin olvidar esta parte escrita que tanto me relaja, y en la que puedo explayarme a gusto sin las limitaciones de los minutos hablados.

A veces, la sequía mental traducida en la falta de ideas para nuevas recetas, me produce estrés; pero cuando las neuronas se aceleran, sufro el mismo estrés por cocinar y escribir. ¡Vamos! que vivo en un sin vivir, porque parte de mis sueños también están dedicados a emplatados, productos, organización…etc, nada que ver con aquellos relajantes sueños de sexo adolescente.

Mi última locura gira en torno al longevo y exitoso programa de A3 La Ruleta de La Suerte, presentado por Jorge Fernández. Hace ya casi treinta años que solía ver su versión americana Wheel Of Fortune durante mi prolongada estancia en San Francisco. Es un programa que me resulta muy ameno y participativo desde casa, además Jorge y Laura Moure lo conducen brillantemente.

En el último panel con bote siempre nos proponen una receta y como alguna vez he escuchado  decir a Jorge, que nunca lo había probado o que no se imaginaba tal combinación, me ha parecido una buena idea retroalimentarme con sus propuestas. Obviamente no podré mantener esa fruición diaria, pero espero alimentaros aunque sea a toro pasado.

Comienzo esta aventura con el panel del 16/6/21, unas empanadillas de bonito y pulpo que nos preguntaban si frías o calientes. La verdad que con esta receta no tengo inconveniente en comerlas a temperatura ambiente, pero creo que están más buenas recién horneadas con su masa crujiente y el interior humeante.

Ha empezado la costera del bonito del norte y aunque aún tiene un precio elevado, mi recomendación es que optéis por lo fresco en vez de usar la típica conserva, ya llegarán los meses de lata cuando no podamos disfrutar de este gran pescado azul en nuestras pescaderías.

Estas empanadillas son muy socorridas y fáciles de hacer, nos pueden resolver cualquier comida o ser un entrante perfecto. Yo las hago mucho solo de bonito, pero la aportación del pulpo que he braseado, me ha parecido fantástica.

Una de las claves de esta receta, para mi gusto está en una buena salsa de tomate casera, creo que marca la diferencia incluyo si hablamos del bonito en conserva. Nos llevará algo más de tiempo pero seamos positivos, una salsa de tomate siempre es un buen fondo de armario y como en este caso, me sirvió para preparar otra receta de bonito con tomate, aunque si vamos más lejos podríamos hacer un guiso tipo marmitako con los sobrantes.

Para la masa no me complico la vida, compro la que en su día era La Cocinera, ahora Buitoni, algo más fina y puñetera para sellar si nos pasamos con abundancia de relleno ( siempre soy muy generoso).

Ingredientes:

Bonito del norte fresco, 1 tentáculo de pulpo cocido, 1 kg de tomate rama, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 1 cta de pimentón dulce, 1 paquete de obleas, 1 huevo, AOVE y sal.

Comenzaremos preparando nuestra salsa de tomate, para ello pelamos y picamos el ajo y cebolla en brunoise y en una cacerola con unas tres cucharadas de aceite hacemos bailar el ajo para a continuación añadir la cebolla con una pizca de sal y pochar a fuego medio. Retiramos el pedúnculo del tomate haciendo un corte de cono, troceamos el tomate a groso modo y reservamos.

Mientras se pocha la cebolla aprovechamos para planchar en una sartén con un pelín de aceite nuestro pulpo, luego lo picaremos a cuchillo en trozos pequeños.

Añadimos el tomate a la cacerola y subimos el fuego para que se vaya reblandeciendo y soltando todo su agua. En mi caso los trozos de bonito eran del lomo y los cortaremos en trozos gruesos, salamos y marcamos por todos los lados en la sartén con un poco de aceite. El punto ha de ir más allá del de un tataki, pero no queremos sobre cocinar para que mantenga la jugosidad. Reservamos.

Cuando el tomate ya esté bastante pochado añadiremos la cuchara de postre de pimentón dulce, mezclamos y seguimos haciendo al chup chup. El bonito se habrá atemperado y tomamos los trozos necesarios para cortar a cuchillo de manera fina y juntar con el pulpo.

Cuando el tomate este listo lo trituramos con un robot o una batidora, la textura que alcanzamos es buena aunque si lo preferís, podéis colarlo por un chino y obtener una salsa más fina.  Añadimos unas tres cucharadas a la mezcla de bonito y pulpo, mezclamos bien sin encharcar con el tomate, refrigeramos hasta que compacte y se unan sabores porque ha de ponerse encima de la obleas en frío.

El resto de trozos de bonito los añadí a la salsa de tomate para cocinarlo junto durante unos quince minutos a fuego lento. Esta es una de las razones por las que no debemos pasarnos cuando lo planchemos en una primera fase, aún le queda una segunda cocción y no lo queremos seco. Acompañamos con unas patatas fritas, cocidas, un arroz o lo que más os guste.

En mi caso dejé las empanadillas para la cena así que estaban frías de sobra. Precalentamos el horno a 200º, en una bandeja ponemos un papel de horno y empezamos a rellenar las empanadillas, sed generosos, poned una cantidad en la mitad de la oblea más cercana a vosotros y ayudándose del papel que las separa juntamos el centro y los extremos, sellamos con un tenedor haciendo presión.

Las hemos colocado en la bandeja y ahora solo tenemos que batir el huevo y pincelarlas. Introducimos en la parte media del horno durante diez minutos, las retiramos y esperamos a que enfríen un poco para no quemarnos al comerlas.