La Lupita – C/ Villanueva, 15  –  Madrid     Tlf: 91 431 71 45

Ya conocéis mi afán por planificar las cosas, pero no me considero una persona estricta y me amoldo a las circunstancias y hasta me dejo llevar, no siempre quiero marcar la pauta.

Con una cena de sábado ya planificada, la comida quizás era una parte de la que hubiese prescindido conformándome con una caña y un pincho, pero a medida que pasaban las horas de shopping por el Barrio de Salamanca el rugir de estomago de los trendy travellers se empezaba a oír por Torrelodones.

Una de mis amigas dice recordar un restaurante mexicano por la zona, comienza la búsqueda y sólo pensar en una margarita acompañada de cualquier antojito, la cara se nos ilumina.

Hay una forma fácil de identificar a los que viven en las grandes ciudades, cualquier dirección que te de siempre será «esquina con». En este caso nos encontramos en la calle Villanueva esquina con Lagasca y os será fácilmente identificable por una llamativa puerta amarilla que destaca en una fachada de edificio señorial con balconeras de forja.

Por fin damos con La Lupita y nos hacemos fuertes en barra, una margarita tradicional acompañada de unos totopos con diferentes salsas nos empuja definitivamente a solicitar mesa.

Con varias ubicaciones en Madrid, Sevilla e Ibiza, La Lupita tiene una decoración tradicional y colorida de restaurante mexicano. El local forma una clara L y en su parte corta se ubican unas mesas altas reservándole la larga para las mesas bajas, la barra es sin duda la protagonista del espacio.

Decorativamente no esperéis sorpresas, la visita del día anterior al Salón Cascabel tira por tierra cualquier esfuerzo, sin embargo quisiera destacar el revestimiento de los pilares de fachada, una simulación muy acertada de esa piedra volcánica con la que se elaboran los molcajetes.

Casi con el último sorbo en un ir y venir de meseros y cantineros nos indican que la mesa está lista. Estupendo timing, para seguir probando otras margaritas que acompañaran nuestra comida. La clásica frozen strawberry y una sorprendentemente deliciosa de tamarindo.

Para seguir acompañando la bebida nada como un guacamole artesanal y totopos. El comando asturiano ejerció como tal y el picoteo deseado se convirtió en una comida fastuosa en toda regla.

La cazuelita de queso con chorizo venía presentada de forma muy original y si bien el queso era muy abundante creo que se podían haber estirado más con los trozos de chorizo. Se acompaña con unas tortillas a elegir entre harina o maíz y 3 salsas escalonadas en picor de las que yo puse un mix de todas.

Seguimos con una de las sugerencias de la carta, el Secreto Xnipec. Es un secreto ibérico servido como tacos en salsa yucateca xnipec elaborada a base de cebolla morada, naranja ágria, orégano, tomate y chile habanero.

No podían faltar los clásicos tacos de cochinita pibil. Carne de cerdo macerada en achiote con zumo de naranja.

Finalizamos la parte salada con más tacos, en este caso de pollo con nopales. Los nopales son cactus, las hojas de las chumberas, eliminad cualquier prejuicio sobre las espinas, están deliciosos.

La parte dulce la completaríamos con una densa pero jugosa tarta de 3 leches.

Para no tener planificada la comida y pensar que tiraríamos con una caña y una tapa no lo hicimos nada mal. Nos encontramos muy a gusto y sin duda los restaurantes mexicanos tienen algo que incita al disfrute, ¿serán las margaritas?.

 

Editado 02/02/2019

 

Una semana llena de eventos, tras FITUR llegaba Madrid Fusión y por medio una nueva ciclogénesis llamada Helena que despertaba a todo Oviedo con la tormenta de nieve de la noche previa. Y con este panorama nada mejor que bajarse a Madrid en tren para disfrutar de los bellos parajes nevados y la enésima avería en la Asturias incomunicada que nos obligaba a cambiar de tren en León.

Aún con todo, en 4 horas 40 minutos lográbamos llegar al Madrid de la huelga de taxistas, prefiero omitir los comentarios personales y centrarme en mi primer Cabify. No es de extrañar que los ánimos estén revueltos porque la calidad del servicio de las VTC te hace sentir que viajas en limusina, todo un descubrimiento que seguro repetiré.

En la capital hay muchos restaurantes, pero sin duda en La Lupita el ambiente siempre es festivo y distendido, además de comerse muy bien. Y de beber por supuesto unas frozen margaritas que esta vez hicimos XXL, las fotos no hacen justicia al tamaño, comparar con el diámetro de los platos. La primera fue con la formulación clásica y la segunda en su versión tamarindo.

Comenzamos con un guacamole y una cazuelita de chori-queso

Seguimos con unos camarones enchilados y unas flautas de tinga de pollo que acompañamos con unos chiles toreados para hacerlo más alegre.

Cerramos con unos tacos chilorio de carne de cerdo adobada al estilo Sinaloa y tacos de cordero asado sobre tortillas de maíz azul, cebolla, cilantro y salsa borracha.

Finalizamos con una tarta caliente de maíz con helado de cajeta.