Vivimos en un mundo visual donde las apariencias dicen mucho de nosotros. Por el mero hecho de llevar una corbata, el pelo largo, un pendiente, una vestimenta colorida o las uñas decoradas seremos juzgados y encasillados.

No me considero un metrosexual, pero si que presto atención a algunos detalles y me gusta emparejar colores. También utilizo ropa «atrevida», va con la personalidad de cada uno y esto lo llevo a la gastronomía, la estética es muy importante.

Las guarniciones de los platos pueden arruinar cualquier emplatado y dejar en un segundo plano una excelente elaboración. En un plato no se debe tirar de cualquier forma unas hojas de lechuga y un tomate mal partido, se puede ser minimalista, austero o exagerado, pero siempre con criterio.

La receta de estas patatas cítricas surge del pensamiento de como vestir un magret de pato con salsa de naranja que preparé en una cena de amigos. Con un menú de 5 platos tampoco quería liarme en exceso y para el pato pensé en unas patatas cocidas al romero.

Hay unas patatas pequeñas, peladas y cocidas que vienen en un  frasco de cristal que facilitan mucho la labor. El resto es la historia de mi cocina, improvisación, mezclas, nuevos sabores y un punto de locura.

El título es bastante expeditivo, cuando digo cítricas son cítricas, nada de medias tintas, la clave como en el vestir, es saber combinarlas. En este caso con la salsa de naranja que aportaba el punto dulce, se consigue un equilibrio en boca que os encantará.

Ingredientes:

30 Patatas pequeñas cocidas, 2 limas, citronela, 3 dientes de ajo, 2 hojas de shiso, 1 nuez de mantequilla, 10cl de vino blanco, pimienta de Jamaica y sal.

En el caso de estas patatas debemos escurrir muy bien el agua e incluso secarlas con papel absorbente. Ponemos la nuez de mantequilla a derretir en un cazo grande y bajo, añadimos las patatas y doramos a fuego medio. Incorporamos la pimienta que previamente habremos molido en el mortero.

Pelamos los ajos, machacamos en el mortero y mezclamos con el jugo de las dos limas, vertemos a las patatas cuando estén doradas, removemos. Añadimos la citronela, yo utilice una práctica pasta que se integra muy bien, mezclamos durante un par de minutos y agregamos el vino. Subimos el fuego y dejamos evaporar el alcohol.

Para rematarlas tan sólo debemos añadir las hojas de shiso picadas, mezclar y estarán listas para servir. En el caso de este magret a la naranja, además añadí la mitad de un kumquat.