A Lanzada Arrocería & Sunset – Crta. San Vicente do Mar – O Grove Tlf: 986 738 400
Espero que a mis paisanos asturianos no se les ocurra hacer lo mismo que con Mariano Rajoy, declarado persona non grata en Pontevedra, por la ampliación del contrato de ENCE. La trayectoria de mis últimos años, resulta coincidente con que en cada fiesta de la Comunidad o de mi ciudad, decido escaparme a esta excepcional provincia que me acoje de maravilla con su sol, comida y calidez de sus gentes.
La tradicional fiesta del Martes de Campo, en Oviedo, hizo que pudiese enlazar un puente en busca de esas sensaciones que nos aproximan al verano. Y si de verano se trata, la rebautizada Galifornia nos ofrece todo aquello que algunos buscan en otros destinos más exóticos y alejados de nuestro país.
Las Rías Baixas tienen un micro clima que contrasta con Santiago de Compostela, a unos 70kms de distancia y que es considerada como la ciudad más lluviosa de España. La península de O Grove nos ofrece idílicas playas como la de La Lanzada, su arenal de 2,5kms poco debe envidiar a las playas caribeñas, tan solo la temperatura de sus aguas si lo que os gusta es la sopa de camarones, yo me quedo con el caldo gallego aunque tenga 15º menos.
Para mi sorpresa, en esta tempranera visita de comienzos de junio, me ha llamado la atención la escasa actividad. La mayoría de restaurantes e incluso una panadería en la que pretendía avituallarme en San Vicente, estaban cerradas a cal y canto. Supongo que llegado el mes de julio todo volverá a la normalidad de una zona que claramente vive del turismo.
Como no hay mal que por bien no venga, la ausencia de gente nos permitió disfrutar de las calas de la ruta de Pedras Negras como si fuesen nuestra playa privada. La leve lluvia del día anterior dejó una jornada de cielos nítidos donde el sol apretaba de lo lindo, una excusa más para darse un baño en sus cristalinas aguas.
Ante las escasas opciones reparé en la ida hacia San Vicente Do Mar, que uno de los restaurantes con mejores vistas a la playa estaba abierto y fuimos afortunados de encontrar una mesa en la terraza y ser servidos pasadas las tres de la tarde de un martes.
El restaurante, cuya especialidad son los arroces os llamará la atención por ser el único que tiene una estética de diseño muy cuidada. Es algo que se echa en falta por la zona, gran parte de los negocios hosteleros parece que los han montado en un fin de semana, aunque esto también tenga cierto atractivo.
Siendo algo tiquismiquis me hubiese gustado que en la terraza hubiesen mantenido esa línea moderna, porque las vistas merecen algo más glamuroso que mesas de Estrella Galicia y sombrillas de Nestlé.
Sin embargo a su favor tienen que en la parte del jardín hay montada una zona chill out denominada SunSet donde poder tomarse un cocktail y disfrutar de las magnificas puestas de sol mientras los niños se divierten en una cama elástica.
La zona interior del restaurante es muy bonita con esos toques de madera blanca en listones que hace de respaldo en los bancos, la cerámica del suelo, las lamparas de bombillas colgantes ayudan a realzar la belleza que la naturaleza nos ofrece a través de sus cristaleras.
Teniendo en cuenta que tras la comida nos quedaban tres horas de regreso, no pudo ser todo lo copiosa que me hubiese gustado, me apetecía todo lo de la carta, va a ser que es verdad eso de que la playa abre el apetito.
Como entrantes y para dar tiempo a que se hiciera el arroz, nos conformamos con unos pimientos del Padrón tratando de encontrar alguno que picase. Misión Imposible, ni el mismísimo Ethan Hunt (Tom Cruise) es capaz de encontrar uno que acabe de estallar en nuestra boca y nos haga pedir misericordia.
Menos mal que unos berberechos al vapor nunca defraudan en esta tierra de rías.
Puesto que La Lanzada se describe como una arrocería, no quedaba otra que probar una de sus especialidades. Tenéis paella de marisco, arroz con pulpo y almejas, con zamburiñas y almejas y otra que no recuerdo.
El arroz elegido siguiendo la recomendación de nuestra camarera fue el de zamburiñas (volandeiras) y almejas. Quizás por las horas que eran creo que le faltaron unos 3 minutos de cocción y otros 5 de reposo, de hecho en la segunda tanda que nos servimos mejoró ostensiblemente al seguir haciéndose con el calor en reposo.
A mi me gusta el arroz al punto y de haber esperado ese pelín más de tiempo hubiese estado perfecta en su totalidad. Son pequeños matices porque como os digo la culpa es nuestra por aparecer a esas horas y bastante agradecidos quedamos de que nos sirvieran.
En lo que respecta al sabor, resultó estupenda y con abundancia de bichos pero sin escasez de arroz que al fin y al cabo es lo que queremos comer, arroz con mucho sabor.
Llegadas las cinco de la tarde y con mucho pesar cambiamos la siesta de arenas blancas por el tostado de los asientos del coche, no se puede tener todo y bastante es lo que ya tuvimos en un glorioso día de Martes de Campo reconvertido en Martes de Playa.
Sin duda La Lanzada queda en la recamara para repetir en mi próxima visita a O Grove.
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