Como cualquier plato típico que se precie, resulta muy complicado averiguar el origen, porque siempre le salen novias reclamando la idea original. A lo largo de estos cinco años con el blog siempre me he encontrado el mismo problema y además se agrava cuando intentas ser purista y acotar los ingredientes, siempre hay versiones que ponen o quitan.
Hoy tocan las cebollas rellenas de bonito, un plato considerado como típico asturiano que data de 1927 y origen en El Entrego (San Martín del Rey Aurelio). Cuentan que Aniceta Fueyo «La Nina» durante una vigilia de Viernes Santo, no teniendo más que unas cebollas y bonito enlatado creó este plato en el restaurante La Laguna.
Desde 1972 se celebra en El Entrego, cada 30 de noviembre la fiesta de Les Cebolles Rellenes y se hacen jornadas con un menú que incluye las cebollas, callos y postres como el arroz con leche, casadielles o frixuelos. Está considerada como una fiesta de interés turístico del Principado y como seguro alguien vendrá a decir que ya las hacían en Galilea o hasta que fue parte del menú de la Ultima Cena, me desvinculo de cualquier polémica.
Ya sean estas cebollas, patatas, pimientos, calabacines, etc el relleno admite muchísimas variantes, pescados, mariscos o carnes, da igual la versión que elijáis, estará buenísima.
Hay versiones que incluyen huevo cocido, pimientos de lata en sus diferentes variantes, se riegan con vino blanco, rosado, o sidra, cada maestrillo tiene su librillo pero siempre habremos de partir de unas buenas cebollas dulces, en mi caso opté por unas ecológicas que eran las de mayor tamaño en mi super. La química hace que una cocción lenta y prolongada convierta los jugos de la cebolla en azúcares, una de las claves para que gusten tanto.
El bonito usaremos uno en conserva, por supuesto escurriendo todo el aceite. La calidades se acaban reflejando en los platos y por ello usar un tronco de bonito mejora en comparación con unas migas y aunque cambie el sabor, en temporada de verano si usáis bonito fresco os encantará.
Ingredientes:
4-6 cebollas dulces, 250grs de bonito, 1 pimiento rojo, 2 dientes de ajo, 3 tomates, 1cda de harina, 250ml de caldo de pescado, AOVE y sal.
Pelamos las cebollas y con un sacabolas le hacemos unos huecos importantes, que se note que van rellenas de verdad. Esa cebolla la picamos fina y reservamos una parte para la salsa, la que os coja juntando las dos manos. Pelamos y picamos el ajo y el pimiento en una fina brunoise, en una cacerola amplia con un par de cucharadas de aceite pochamos muy bien el ajo, cebolla y pimiento con dos pizcas de sal.
Pelamos los tomates, cortamos en cuartos y desechamos la parte de las semillas. Cortamos fino y añadimos al pochado, rectificamos de sal si hiciese falta. Incorporamos el bonito y lo desmigamos mezclándolo muy bien. Rellenamos las cebollas presionando con el dedo para que nos quede un relleno compacto y abundante. Reservamos.
La cebollas que habíamos reservado la pochamos en una sartén con un poco de aceite y una pizca de sal, cuando esté un poco dorada añadimos una cucharada de harina y la rehogamos para que pierda el sabor. Poco a poco añadimos el caldo ligando y al final vertemos todo en la cacerola donde habremos colocado las cebollas ya rellenas.
A fuego lento con la cacerola tapada con una pequeña abertura dejamos que se hagan durante al menos un par de horas (depende del tamaño), moveremos de vez en cuando y si hiciese falta añadimos más caldo o agua, en su caso. Al final tendremos que obtener unas cebollas tiernas y una salsa gruesa.
Deja una respuesta