Disfrutar de una menestra no es exclusivo de ninguna estación del año, lo único que deberemos hacer es adaptarnos a la temporalidad y disfrutar de nuestras hortalizas en su momento óptimo. Hay diferentes versiones de este clásico, secas o caldosas, las primeras se consumen más en plan ensalada con un ligero aliño y las segundas se asocian más al invierno por aquello de meter algo que nos caliente, y un caldo sabroso que las riegue siempre se agradece.

Personalmente prefiero la segunda manera de comerlas, es un plato que asocio al cuchareo y es la máxima expresión en comida saludable, y si rematamos con una macedonia de frutas hasta nos hacen un póster central en Men’s o Women’s Health.

Aquí os dejo un calendario que os puede ser útil, aunque lo mejor es que vayáis a vuestra frutería de confianza y compréis lo que haya en ese momento. Os contaré un pequeño secreto, no tenían coliflor en mi supermercado y como soy muy cabezón y vago a partes iguales, compré una de esas bolsas que se meten directamente en el microondas para sacar la coliflor, el resto lo añadí al caldo.

Aunque no comparta ciertos hábitos alimenticios, los respeto, pero perderse la suculencia de un caldo potenciado con un hueso de jamón y encontrarse tropezones de jamón, me produce tristeza, es un toque que mejora ostensiblemente la receta.

Dejando a un lado preferencias personales, en el caso del punto de las cocciones no estoy dispuesto a negociar. Cada verdura tiene su punto y respetarlo hará que no solo disfrutemos de las mejores cualidades orgánicas del producto sino que además nos garantizamos unas texturas que elevarán la categoría del plato. ¿Acaso nos comeríamos un arroz o pasta pasados de punto?, el mismo nivel de exigencia lo debemos aplicar a las verduras.

Respetando las cocciones, este plato no tiene mayores misterios así que apuntad:

Zanahoria – 8 minutos

Coliflor – 6 minutos

Calabacin – 4 minutos

Judías y espárragos trigueros – 3 minutos

Brocoli – 1,5 minutos

Guisantes – 1 minuto

De nada nos servirá ajustar las cocciones si luego no cortamos sumergiendo en agua fría. Esto nos ayudará también a mantener la intensidad de los colores, pero recordad, paramos la cocción no sometemos las verduras a una sesión de spa, debemos retirarlas a seco tras un minuto o menos.

Aunque resulta de perogrullo, si optamos por una versión caldosa, utilizar todas las peladuras de las verduras para elaborar un caldo sustancioso además de aportar más sabor, nos permite ser eficaces en el aprovechamiento.

Ingredientes:

Brocoli, coliflor, zanahoria, calabacin, guisantes, judías, espárragos trigueros, 1 patata grande, 1 hueso de jamón, tacos de jamón, setas, AOVE, agua y sal.

Lo mejor que podemos hacer es preparar todas las verduras, pelamos, cortamos, separamos y los restos los ponemos en una cacerola junto con el hueso de jamón con un poco de sal y aceite, cubrimos con agua y cocemos durante media hora.

Con las verduras listas, solo tenemos que disponer las cacerolas con agua y un puñadito de sal, llevamos a bullir y nos ceñimos a los tiempos de cocción indicados anteriormente. Podremos aprovechar las cacerolas así coceremos la coliflor, brocoli y calabacin en la misma, judías, trigueros y guisantes por otro lado y las zanahorias por separado.

Cada vez que se termine el tiempo sacamos a un bowl con agua fría, al minuto la retiramos a otro bowl. Paralelamente cortaremos el jamón en tacos y saltearemos con un poco de aceite junto con las setas.

Pelamos la patata y cortamos en dados finos, los agregamos a una cacerola. Desglasamos la sartén donde hicimos las setas y jamón con un poco de caldo, vertemos sobre las patatas y completamos con el resto del caldo colado.

Dejamos hacerse la patata en el caldo, al estar cortada muy fina en 15 minutos estará lista. Trituramos con una batidora, rectificamos de sal en su caso y le añadimos todas las verduras, setas y jamón, calentamos durante cinco minutos y servimos.