Parece que el veranillo de San Miguel ha venido para quedarse y estamos viviendo un mes de octubre increíble que por ahora parece va a aguantar al menos hasta El Pilar. Esas buenas temperaturas que no hemos tenido durante el verano asturiano hacen que aún inmersos en pleno otoño, sigan apeteciendo platos refrescantes.

En su día había publicado una Sopa Fría de Zanahoria con Encurtidos y para esta ocasión por no replicarla con su correspondiente vídeo receta, he querido adaptarla con unos sabores más tropicales.

Avanzo que el resultado es delicioso y se me ha ocurrido que perfectamente podría integrarse dentro de un menú navideño, el punto lujoso que le doy con las vieiras y una buena presentación, creo que es muy digna para una ocasión especial.

Viendo el desmadre del calambrazo energético y lo maltrechos que nos ha dejado la pandemia, creo que estas navidades en muchos hogares no estarán para los dispendios habituales de esas fiestas navideñas. Os aseguro que esta propuesta gusta y es muy fácil y rápida de hacer.

En esta ocasión he utilizado una licuadora que me regaló mi madre, es un trasto que no utilizaba y pensó que yo le daría más uso. No acertó porque por no limpiarla, apenas la uso y mira que es rápida.

No entréis en pánico por no tener licuadora, os remito al enlace de la versión con encurtidos. En ella rallaba la zanahoria y añadiendo agua caliente conseguimos un buen zumo.

Infusionar la leche de coco con el jengibre es muy fácil y a partir de aquí podríamos hacerlo con otros productos como el lemongrass. En vez de la zanahoria podríamos hacerla con una remolacha, hay muchas opciones para hacer algo colorido y diferente.

Ya que estaba con la zanahoria pensé en confitar unos cortes que me ayudarían a hacer una buena presentación. Por un lado las puntas cónicas y por otro unos cilindros sobre los que posar unas vieiras.

Fueron unas vieiras atlánticas que provienen de Perú, han sido bastante económicas y aquí podrían equivales a unas volandeiras. De todas formas podemos subir de categoría el plato si ponemos unos trozos de bogavante o unos percebes, dependerá de vuestros bolsillos.

Las vieiras las podría haber marcado en la sartén sin más, pero pensando en la leche de coco y relacionándolo con una leche de tigre típica de un cebiche, decidí marinarlas. Un leve marinado en zumo de lima, cilantro y guindilla thai les da un sabor diferente, aunque luego las marquemos.

Como no me gusta desperdiciar nada, se me ocurrió aprovechar esa marinada triturándola con un poco del aceite del confitado de las zanahorias. Esto nos proporciona un aliño con el que decoraremos con unos puntos y el resto lo utilicé para aliñar todas las huevas y carne de un buey de mar que cené ese mismo día.

Ingredientes:

2 manojos de zanahoria, 400ml de leche de coco, 1 trozo de jengibre fresco, 6 vieiras, 1 manojo de cilantro, 1 guindilla thai, 1 lima, AOVE y sal.

El primer paso será pelar un trozo de jengibre y hacerle unas incisiones con el cuchillo para que suelte más aroma, lo pondremos en una cacerola con la leche de coco dejándolo infusionar durante unos 15 minutos a temperatura media.

Pelamos las zanahorias y nos reservamos unas puntas y alguna parte cilíndrica, esas partes las pondremos en una cacerola y las cubriremos de aceite dejándolas confitar al 4/10 durante veinte minutos.

El resto de las zanahorias las vamos a licuar y reservamos el zumo. Cuando la infusión de leche de coco y jengibre termine la dejamos atemperar y la colamos para mezclarla con el zumo de la zanahoria, le añadimos una pizca de sal. Refrigeramos.

Ahora exprimimos el zumo de lima y lo mezclamos con unas hojas de cilantro que picaremos junto a la guindilla thai, removemos y añadimos las vieiras que dejaremos hacerse con el cítrico durante 5 minutos. En el caso de que usemos limón recortamos el tiempo a 3 minutos. Las retiramos y reservamos.

Para aprovechar la marinada la trituramos con un brazo batidor añadiendo un buen chorro del aceite sobrante de confitar las zanahorias, colamos y reservamos. Las zanahorias las habremos sacado y secado con papel absorbente.

Cuando nuestra sopa esté bien fría, es momento de marcar las vieiras con unas gotas de aceite y empezar a montar el plato. Empezamos poniendo los trozos de zanahoria confitada, sobre las partes cilíndricas colocamos las vieiras y vertemos el zumo desde un lateral.

Remataremos la presentación tomando con una pipeta el aliño y distribuyendo con unas gotas que iremos alternando con otras del aceite de zanahoria.