Cada día os complico más el nombre de las recetas, y esta para los que no tengan muchos conocimientos gastronómicos internacionales, no se trata de un perro chow chow con garrapatas, es mi loca adaptación de una de las sopas espesas más ricas que jamás hayáis probado.
En realidad la hice a primeros de año dentro de una trilogía del percebe, pero preferí dilatar en el tiempo su publicación para no saturar tan seguido con el mismo producto. Seguro os sorprendieron los Percebes Bourguignon by Dani García o la fascinante Ensaladilla Rusa de Percebes, recetas que yo me apuntaría para ocasiones especiales, aunque si encontráis un percebe de tamaño ruin a bajo precio, funciona muy bien con el chowder que os muestro a continuación.
En realidad esta receta es una adaptación del famosísimo Clam Chowder, una sopa espesa de almejas que en ciertos lugares como Nueva Inglaterra o San Francisco, transcienden el tema cultural. No quiero aburrir y repetirme así que os recomiendo leer el artículo ya publicado de esta receta, habiendo vivido en San Francisco alguna batallita siempre se cuenta.
Dentro de los moluscos, la receta original se hace con las almejas y realmente dan un sabor muy profundo que no creo que alcanzásemos con unos mejillones, sin embargo, unos berberechos o estos percebes, creo que son una buena alternativa para dar sabor a esta sopa energética. Si Red Bull te da alas, esta pone un motor V8 estilo Detroit con Supercharger para tirar muchas millas saciado.
Esta receta es de las típicas americanas que me gusta poner como ejemplo cuando oigo que los americanos no saben comer o cocinar bien. Una cosa es que ciertos hábitos sean malos y que muchas veces se vean forzados a consumir fast food, y otra que América, para lo bueno y lo malo, no solo son sus grandes y conocidas ciudades, hay mucho campo y montaña donde se cría y cultiva muy buena materia prima, que se consume en la disciplina de un hogar más tradicional.
Vamos directos al grano que noto vuestro interés y ganas de conocer más de esta sopa. Os recomiendo y pido encarecidamente tratéis de hacerla en vuestras casas, aunque sea con berberechos, existe un antes y un después que cambiará vuestras vidas.
Ingredientes:
1kg de percebe, 240grs de tacos de bacon, 2 cebolla mediana, 2 patata mediana, 200ml de vino blanco (yo utilicé un Chardonnay, aunque español, es una variedad muy californiana), 200ml de nata para cocinar, 600ml de leche entera, 50grs de mantequilla, 2 cucharadas soperas de harina, 2 cucharilla de café de sal, pimienta negra recién molida, una ramita de perejil, caldo de pescado, mantequilla ahumada con hierbas y un chorro de vino oloroso de Jerez.
Comenzaremos la receta pelando y cortando la cebolla en brunoise, además nuestras lonchas gruesas de bacon las cortaremos a la mitad y luego subdividimos en tacos.
En una cacerola fundimos la mantequilla a fuego medio, hay que tener cuidado de no pasarse con las temperaturas para no quemarla, añadimos el bacon y removiendo lo dejamos hasta que se dore pero sin llevarlo al punto crujiente, cuando este listo le añadimos la cebolla y pochamos tapando la pota, queremos que sude, que se quede blanquita.
Mientras se pocha hacemos los percebes, para ello en vez de cocerlos vamos a saltearlos con una mantequilla aromatizada y un chorro de vino oloroso, a fuego fuerte tapamos y dejamos que se hagan durante un par de minutos. Dejamos enfriar un poco e iremos peleándolos. Yo siempre aprovecho tanto los pedúnculos como los cirros que se esconden dentro de la uña, dan un punto crujiente que personalmente me agrada y por supuesto todos los jugos que suelten. Reservamos.
También aprovecharemos para pelar las patatas, laminarlas en grueso y después cortar en forma de cubos. Una vez que la cebolla este pochada añadimos la harina, mezclamos bien a fuego medio e inmediatamente añadimos el vino, comenzará a hacerse una pasta, seguir removiendo e ir incorporando por un lado el jugo de percebes y por otro el caldo de pescado poco a poco (es como si hiciésemos una bechamel). Cuando veáis que alcanza ese punto entre cremoso pero no líquido del todo añadimos las patatas, la sal y la pimienta. Han de quedar cubiertas y si no nos llega con el caldo, le echamos hasta donde necesite de agua del grifo. Removemos frecuentemente para que no se nos pegue.
Tras 10-15 minutos dependiendo de la patata (pincháis o probáis hasta que este tierna, y no se deshaga), estará listo para añadir los percebes que mezclaremos con la leche y la nata, y que tendremos durante otros 10 minutos a fuego medio, no olvidar remover o se os pegará. Probamos y en su caso rectificamos de sal y pimienta.
Mezclamos el plancton con un poco de leche, lo trabajamos para que se hidrate y vertemos en el chowder mezclando. En este caso lo deje reposar toda la noche, pero podríamos servir directamente preferiblemente en un cuenco o taza de consomé decorando con un poco de perejil y salicornia en esta ocasión.
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