No hay mal que por bien no venga. Uno de mis problemas a la hora de preparar sushi es que siempre me sobra bastante pescado y en esta última ocasión, una anguila entera para «cuatro» niguiris, me sirvió para pensar en esta nueva receta.
La verdad que una salsa verde es una receta muy sencilla y combina con muchos ingredientes, sobre manera con los pescados. La anguila es un pez muy sabroso, tiene bastante sabor por sí solo pero no es demasiado frecuente en las pescaderías.
Su manejo puede ser sencillo o algo complicado, todo depende de cuan exquisitos queramos ser a la hora de comerla en el plato. Recuerdo una excelente versión con espinacas que comí en Brujas y estaba troceada con su espina lo cual facilita la elaboración pero dificulta a la hora de comer teniendo que retirar la espina central.
En esta mi versión, ya que la había trabajado para el sushi, digamos que sería una senyoret, todo para dentro y sin complicaciones, sólo moderarse con la cantidad de pan, cualquiera prescinde de hacer barquitos.
Importante para esta salsa verde es potenciar más el sabor de la salsa utilizando un caldo de la propia anguila para el engorde de la misma. No veáis lo nervioso que me pone escuchar a la gente en las pescaderias rechazar las cabezas y espinas.
Por si la salsa con el pan no fuese suficiente, añadir unas patatas fritas panadera hace de este plato un manjar sobresaliente.
Ingredientes:
1 anguila, 6 dientes de ajo, 2 chiles thai, 2 zanahorias, 1 calabacín, jengibre natural, 1 manojo de perejil, harina, 3 patatas medianas, aceite de oliva virgen extra, sal y agua.
Empezaremos por preparar nuestros ingredientes. Retiramos la espina central de la anguila conservándola para el caldo y cortamos en trozos no muy grandes. Pelamos y picamos los ajos en fina brunoise al igual que el perejil, el chili en láminas. Para el caldo pelamos el jengibre y zanahorias cortándolos en trozos grandes del mismo modo que el calabacín.
En una pota con un poco de aceite rehogamos primero las espinas de la anguila, añadimos el jengibre, calabacín y zanahoria, seguimos rehogando un par de minutos mientras salamos para posteriormente cubrir con agua y dejar hacerse durante 20 minutos. Colar y reservar.
Salamos los trozos de anguila y enharinamos, freímos en una pota baja con un tres cucharadas soperas de aceite, cuando estén doradas las sacamos a un plato con papel absorbente y reservamos.
En el mismo aceite añadimos el ajo y chili, dejamos que coja un leve color y añadimos el perejil, mezclamos una cucharada rasa de harina, removemos formando una pasta y poco a poco iremos añadiendo nuestro caldo hasta obtener la textura deseada.
Pelamos y cortamos las patatas en láminas de grosor intermedio, salamos y freímos en abundante aceite, escurrimos, secamos y añadimos a la salsa junto con la anguila. Dejamos un par de minutos que tome los sabores y rectificamos de sal si fuera necesario.
Para emplatar simplemente servir, a mi me gusta el look de una cazuela de barro, esa que nos recuerda a sus crías. La verdad que no estaría mal un menú que empezase por angulas y seguir con esta anguila.
Este plato es de «toma pan y moja». Me encanta.
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Si, yo creo que en este tipo de platos en la parte Ingredientes: debería incluir una barra de pan 😂
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Pues nunca he hecho anguila, así que ya va siendo hora. Tiene una pintaza estupenda.
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Yo tampoco la había preparado y me resultó muy agradecida, el problema es encontrarla.
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