Cuando después de cada receta me siento a escribir sobre ella, hay un pequeño tiempo de asimilación del trabajo hecho, con los resultados palpables a la vista y muchas veces ya digeridos. Es ese momento en el que te das cuenta que no era tan difícil, que la idea no era tan descabellada, que mucho has tardado en hacer esa receta, en definitiva, que el entusiasmo te inunda con algo tan simple como una coliflor, en este caso.

No me gustan las llamadas «nubes virtuales», no confío en la grandes corporaciones almacenando mis datos, porque siempre hay uno más listo en la clase y puede hackearte el trabajo o los recuerdos de toda una vida. Tenemos algo más valioso que una «nube», se llama cerebro y sus algoritmos son imbatibles, porque nunca las máquinas contarán con el santo grial de la imaginación.

Materia gris bombardeada con inputs almacenados, paso por la tienda Camponorte y veo en el escaparate una hermosa sobrasada, pinchazo neuronal y recuerdo el carré de cordero adobado con sobrasada y miel de la primera prueba de exteriores en MasterChef 9. Como quiera que ya tenía una coliflor en mi nevera pensando en hacerla rebozada, no hace falta ser un personaje extraído del cuadro La Fábula de Aracne, conocido como Las Hilanderas, de Velázquez, para saber que ahí tenía un platazo por ligar.

Sobrasada y miel es un tandem tan perfecto como el de las berenjenas fritas y miel. Tuve la tentación de hacer una especie de rebozado a la gabardina con miel, pero a veces lo simple y obvio es más resultón. Por qué disipar la miel en un rebozo cuando podemos echarla en hilo por encima, un barnizado brillante como los utilizados por el gran maestro barroco.

La coliflor cuenta con mala fama porque su alto contenido en fibra y azufre provoca flatulencias, sin embargo los beneficios superan los hándicaps y ya sea cocida, frita, al horno, guisada, o rebozada, resulta una opción deliciosa y muy saludable mientras mantengamos el catalizador activado, ir a escape libre ya sabemos conlleva sanción de la D.G.T.

La receta no tiene grandes revelaciones, un pochado, una cocción y un rebozo, son las grandes nociones de cocina que necesitareis. Un punto muy de PRO, que destrozaría la zurda del mismísimo Rafa Nadal ha sido incorporar un chorrete del Licor de Hierbas Ibicencas que en su día me regalaron mis amigos Marta y Jaime.

Ingredientes:

1 coliflor, 200grs de sobrasada mallorquina, 1 puerro, 1 cebolla, 1 tomate, 2 huevos, harina de trigo, 200ml de caldo de pollo, 1 chorrito de licor de hierbas ibicencas, AOVE, agua, miel y sal.

Lo primero que haremos es degranar la coliflor en arbolitos no demasiado grandes, los coceremos al vapor poniendo una pizca de sal en el agua, la dejaremos unos 12 minutos para obtener un punto hecho pero crocante. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.

Pelamos y picamos en fina brunoise el puerro, cebolla y el tomate que previamente habremos pelado y despepitado. En una sartén con una cucharada de aceite pochamos el puerro y la cebolla a fuego medio, cuando adquiera un color tostado añadimos el licor y dejamos evaporar el alcohol.

Añadimos el tomate y seguimos pochando hasta que esté tierno, en ese momento añadiremos la sobrasada que irá cogiendo calor y soltando su grasa ayudando así a desligarla. Cuando esté bien mezclado agregaremos el caldo y dejaremos hacerse a fuego medio durante diez minutos.

Colamos el conjunto para eliminar el exceso de grasa y trituramos con una batidora, habrá de quedar una salsa gordita, aunque si queréis algo más fino, podréis volver a pasarla por el tamiz. Reservamos para darle un golpe de calor al final de la receta.

Con la coliflor ya atemperada, ponemos una buena cantidad de harina en una bolsa de plástico, introducimos la coliflor y agitamos para que se enharine perfectamente. Batimos los huevos y por ellos pasamos la coliflor, que freiremos a ser posible en un recipiente que tenga suficiente aceite para que la cubra, así nuestra fritura quedará dorada y homogénea. Pasamos a papel absorbente.

Montamos el plato poniendo una buena cantidad de la salsa de sobrasada en la base, encima los trozos de coliflor y rematamos dejando caer en hilo una cantidad equilibrada de miel. Echar la salsa por encima de la fritura, empaparía el crujiente y no lo recomiendo.