La receta de hoy puede pasar sin pena ni gloria por el blog, de hecho tengo ya publicada una versión de este clásico guiso en la que tenía mucha más sustancia, era la versión «rica» con repollo, patatas, setas, costilla, chorizo y sabadiego, así que por contraposición, esta la podemos llamar «pobre», pero no por ello deja de estar igual de deliciosa.

Observareis que la calidad del artículo no es la habitual, de hecho la que era una comida rápida y sencilla que iba a engrosar algún contenido de mis historias de Instagram, dio un gran vuelco con las segundas nupcias, es decir un plato de aprovechamiento con mucha cabeza, porque las segundas partes no tienen porque ser malas.

No tengo foto del bodegón y las fotos del emplatado son terribles, pero qué queréis, es un plato pobre, tradicional, sin misterios y que encima tiene un mal mirar, o al menos eso me parece a mi. Todo lo contrario de su interior, si os gusta el repollo es una delicia y el caldo tiene un sabor potente a esta verdura, que con unos ajos, una guindilla y pimentón dulce conseguimos realzar en sabores y todo ello manteniendo una alimentación saludable.

Se trata de una receta antigua que a muchos sacó de la hambruna, como las sopas de ajo u otras elaboraciones que con apenas ingredientes conseguían al menos poner una sonrisa por llenar la tripa. Claro está que en época de matanza, estos guisos podían mejorar mucho, como habréis visto en la versión Beverly Hills, pero algo tan simple hoy en día como un chorizo, no estaba al alcance de todas las familias.

Quien dice repollo, dice grelos, berza, acelga, lombarda, o el moderno pak choi. Podéis hacer una versión seca, que podríamos denominar A La Gallega, cocer la verdura y las patatas y echarle un sofrito de ajo con pimentón dulce o picante.

Ingredientes:

1/2 repollo, 1 zanahoria, 3 patatas medianas, 3 dientes de ajo, 1 guindilla, 1cta de pimentón dulce, AOVE, agua y sal.

Pelamos el ajo, zanahoria y patatas, en una cazuela con un buen chorro de aceite añadimos los ajos cortados en trozos y la guindilla troceada, cuando doren un poco añadimos la zanahoria cortada en rodajas gruesas y el repollo que habremos cortado longitudinal y transversalmente, rehogamos hasta que el repollo pierda rigidez.

Añadimos las patatas que habremos escachado para que engorden el caldo, removemos y ponemos el pimentón dulce o picante en el caso de que no hayáis usado la guindilla, salamos un poco, removemos y cubrimos de agua, tapamos y mantenemos a fuego medio durante 40 minutos. Dependiendo de la patata puede que no os quede muy entera pero yo lo prefiero así porque los guisos me gustan con el cuerpo natural, no soy de servirme e ir machacando la patata.

Servimos en un cuenco o plato hondo, a veces me da por tomar el caldo y cuando está seco le pongo un poco de vinagre, ahí va en gustos.