Amigos de lo japones, no sigáis dando vueltas a vuestra cabeza ni buscando información en Google, esta sopa no existe más que en mi alocada cabeza y a partir de ahora en vuestro recetario si es que os animáis con ella.
Algunos lo llaman tormenta de ideas pero en este caso, lo propio sería llamarlo tsunami, una gran ola arrasó mis neuronas y creo que me las ordenó en este pequeño caos que sostengo sobre mis hombros.
El nombre es muy japo y lo he creado de la contracción de miso, tataki y sushi, tres de las comidas más reconocidas del país del sol naciente.
Un día te levantas y piensas en cuanto te apetece comer algo japones, estas indeciso y de pronto surge la chispa que une todo y toma sentido una receta en la que integrar todas estas preparaciones.
Por un lado, el caprichoso verano asturiano hizo que más que un gazpacho, el tiempo estuviese para una sopita caliente y nada mejor que una sopa miso de la que ya hice artículo. Por otro, en plena temporada de bonito, cómo no pensar en un tataki y en la ligereza del sushi.
Tocaba ser creativo e integrar todos los ingredientes en una receta que resultase muy visual y apetitosa. Un plato en el que presentamos todos los ingredientes acompañados de una jarrita con su líquido siempre resulta muy atractiva, además de colorida.
Nuestra sopa miso incorpora champiñones y langostinos en modo de tropezones y podríamos decir que el sushi es el sustituto del tofu aunque la idea es más compleja que la simplicidad que describo.
El tataki de bonito no lleva ninguna marinada ni rebozado en sésamo puesto que lo vamos a impregnar de una mezcla de mugi miso y jengibre. Lo envolvemos con un tallo de champiñón en nuestra alga nori laminada y ya tenemos el sushi.
A la hora de servir, la jarra sólo contendrá el caldo dashi que en contacto con nuestro sushi al reblandecer el alga hará que se desprenda el mugi miso y le aporte más color y los nutrientes de la soja y cebada fermentada pues os recuerdo que la pasta miso nunca se debe llevar a punto de ebullición si no queremos perder sus propiedades.
Puede que no estéis muy al tanto de este tipo de productos por ello aquí disponéis de los enlaces a sus páginas por si os facilita la labor. Alga kombu de Algamar, alga nori de El Granero Integral, mugi miso de Mimasa, y el katsuobushi de WadaQ que podéis encontrar en la tienda gourmet del Corte Ingles.
Ingredientes:
Para el caldo dashi: 1 litro de agua, 20grs de katsuobushi, 10grs de alga kombu
Para el sushi: bonito del norte o atún rojo de almadraba, 1 lámina de alga nori, 2 cucharadas de postre de mugi miso, ralladura de jengibre natural, tallos de champiñón.
Complementos: langostinos, mejillones, champiñones, tallo de cebolleta, shichimi togarashi.
Primeramente ponemos el agua a hervir con el alga kombu en cuanto llegue al punto de ebullición retiramos para que no suelte demasiada gelatina, la retiramos y conservamos para un segundo dashi. Añadimos el katsuobushi, hervimos y colamos con un colador de tela o con un filtro de café. Nuestro dashi está listo.
Coceremos nuestros langostinos con este pequeño truco para que no se encojan. Despojamos de la cabeza e insertamos un palillo por el vientre girándolo tanto en la inserción como al sacarlo para no destrozarlo. Cocemos hasta que floten, pelamos y reservamos.
Hervimos los mejillones con un dedo de agua, limpiamos de barbas y reservamos.
Pelamos la raíz de jengibre, rallamos y mezclamos bien con la pasta de mugi miso. Cortamos el tallo de cebolleta. Separamos los tallos de los champiñones y laminamos, pasamos por la sartén con una gota de aceite, reservamos.
Con un taco de bonito lo pasamos por la sartén con un poco de aceite simplemente marcándolo para que su interior quede crudo. cortamos en rectángulos no muy gruesos.
Pasamos el alga nori por una fuente con agua tan sólo a efectos de que podamos «pegarla». Extendemos y vamos tomando una pieza de bonito, pincelamos con la mezcla de miso y jengibre, ponemos los tallos de champiñón y envolvemos. Descartamos los laterales y partimos a la mitad.
Procedemos al montaje del plato procurando poner el sushi en vertical y los langostinos partidos, completamos con los mejillones, champiñones y cebolleta. Espolvoreamos un poco de shichimi togarashi y terminamos la decoración con unos langostinos enteros y alguna flor. Servimos y acompañamos con una jarrita con el dashi que verteremos por un lateral con cuidado.
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